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Pensar bien, sentirse bien de Walter Riso (P3)

Pensar bien, sentirse bien de Walter Riso (P3) ESQUEMAS SALUDABLES
Reflexiones sobre el arte del buen vivir

Nuestra cultura gira alrededor de las tres “p”, Poder, Prestigio y Posición.

Según Fromm, el modo del “ser” se diferencia del modo “tener” en que el primero nos hace crecer porque está a favor de la vida y la vivacidad, mientras que el segundo está al servicio del egocentrismo.

En uno de sus sermones “Los pobres de espíritu”, Eckhart propone “vaciarse” de todas las necesidades. No reniega del “tener” en sí, sino del “apego” a lo que tenemos.

“Un hombre pobre, es aquél que no “quiere” nada, no “sabe” nada y no “tiene” nada.”

a. No querer nada: en el sentido de no codiciar, tal como sostenía Buda.
b. No saber nada: no aferrarse al conocimiento como una forma de exacerbar el ego
c. No tener nada: estar libre de las cosas y disminuir las necesidades que tenemos.

La “pobreza interior” que pregona Eckhart, no es otra cosa que la “independencia radical” de las posesiones, la autonomía psicológica respecto de ellas.

Insisto: vivir bien es un placer y sería estúpido renunciar a ello, pero si la autoestima comienza a ser proporcional al tamaño de la chequera, la cosa se complica.

SABIDURÍA MÁS QUE ERUDICIÓN

Erudición: Vasto conocimiento de los documentos relativos a una ciencia
Sabiduría: Prudencia en la vida y los negocios.

“El saber de unos principios prácticos no es sabiduría práctica. Ésta ya lo dijo Aristóteles, se adquiere con la experiencia y con los años, a fuerza de ensayar y equivocarse, a fuerza de confrontar opiniones diferentes”.

“Quien entiende un fenómenos perfectamente es capaz de explicarlo y hacerlo asequible al público sin tener que recurrir a tanta cháchara”.

EL OTRO COMO SUJETO: ÉTICA MÁS QUE MORAL

El egocentrismo es la actitud por la cual descarto de cuajo cualquier punto de vista distinto al mío. Cuando tenemos el narcisismo agudizado, nos sorprendemos de que la gente no esté de acuerdo con lo que pensamos.

Una forma de maltratar al prójimo es no considerarlo un interlocutor válido. Te “cosifico” en tanto no te reconozco como “sujeto”, como un ser pensante con voz y voto. Aceptar la otro como un “sujeto válido” es mirarlo como “un fin en sí mismo”, como alguien que merece respeto y tiene derechos, así no estemos de acuerdo.

Umberto Eco afirmaba que la ética comienza cuando los demás entran en escena, es decir, cuando nos vemos “obligados” a defender y fundamentar las propias decisiones bajo la mirada ajena. Ser ético es descentrarse y ponerse en los zapatos del otro.

Esta identificación con el prójimo no sólo humaniza al interlocutor que tienes al frente sino que te humaniza a ti, en tanto asumes la responsabilidad de sustentar tus posiciones ante los demás. Su pregunta es: “¿Cómo he de vivir?”

¿Y la moral? Ella nos dice cómo debemos comportarnos. Se refiere al “deber hacer”, son los imperativos kantianos, es la normatividad sin excepciones, la conducta moral responde a la pregunta “¿Qué debo hacer?”.

“Obra siempre de modo tal que la máxima de tu acción pueda ser erigida en norma universal”. La moral ordena, la ética aconseja.

1. ¿Qué nos hace humanos?

Lo que nos hace humanos no es solamente la genética, sino lo social. Fue el haber estado junto a otros seres de tu misma especia lo que desarrolló tu humanidad actual. Somos humanos en la medida en que nos relacionamos con otros humanos.

2. Cómo intentar ser ético

*Razonada: Es hacerlo de una manera que pueda ser recomendada y justificada, teniendo a los demás como testigos y observadores
* Modelada: Es preguntarse qué harían en la misma situación algún modelo ético como Jesucristo, Buda o Diógenes y aplicarle la razón.
Razón y ejemplos de sabiduría, más que mandatos y obediencia debida.

3. Una clave adicional: ser coherente

Ser coherente internamente es pensar, actuar y sentir de manera solidaria y conjunta. Pero la coherencia psicológica sin la mínima desviación puede degenerar en psicorigidez, que significa negarse a revisar las propias creencias cuando la realidad nos muestra que estamos equivocados.
Intentar se consecuente pero abierto al cambio.

APRENDER A PERDER

El sabio no espera nada, pero no porque ya lo tenga todo, sino porque no teme perder nada. La esperanza no siempre es negativa, pero la testarudez no es una virtud, como no lo es la perseverancia ciega e irracional.¿Buda o Jesús? Ambos.
¿Y el ideal de felicidad? No existe. El deseo de sostener el placer indefinidamente, llámese Paraíso o Nirvana, es una quimera. Lo mejor es estar feliz mientras hago lo que quiero. Desear lo que tengo o lo que hago, mientras lo tengo y lo hago.

Inspirado en el estoicismo: “dirigir la propia vida en lo que depende de uno (sentido, felicidad, autorrealización) y aceptarla tal cual es cuando no depende de uno (enfermedades, muerte, separación), intentando disminuir la cantidad de dolor que de por sí implica el mero hecho de estar vivo.

ACERCA DEL PERDÓN

Perdonar es no odiar, es extinguir el rencor y los deseos de venganza. Es negarse a que el resentimiento siga echando raíces.
Perdonar no es absolver, no es olvidar, no es otorgar clemencia, no es sentir compasión, ni es renunciar a la justicia.

El error se disculpa, la maldad se perdona. “Se disculpa al ignorante, pero se perdona al malvado”, dice Jankélevich. Si no hay intención, sólo hay traspié: “Discúlpame” significa: “quítame la culpa”. “Te disculpo”, quiere decir: “Te entiendo, hay atenuantes, hay excusas justificables, no fue tu intención”. “Si me hiciste daño a propósito, sólo queda el perdón”. ¿Tenemos la obligación moral de perdonar? No creo; más que un deber es un deseo, es el fuero interno el que decide.

Solamente la persona ofendida es quien tiene derecho a perdonar.
El perdón fácil es sospechoso, hay que darle razones al corazón para que decida.
El perdón se justifica si existe rencor u odio.
¿Debe arrepentirse el ofensor para que haya perdón? No creo, el arrepentimiento facilita el perdón.

Perdonar es aliviar la carga que me causa el rencor, es dejar mi corazón libre para que vuelva nuevamente a creer y/o amar.

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