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La Mestiza de Pizarro de Álvaro Vargas Llosa (Cap 1)

La Mestiza de Pizarro de Álvaro Vargas Llosa (Cap 1) EL CERCO A LIMA (II)

Diego de Almagro, fue el gran compañero de Pizarro en la Conquista, pero él no ambicionaba algún cargo público, él ambicionaba ser Pizarro. A comienzos de 1535 llegó la noticia de que el rey había decidido darle el poder en los territorios del sur contiguos a los dominios de su compañero y rival. Los límites exactos de la gobernación de Almagro se fueron difuminando a medida decisión llegaba desde la península. Pizarro con falta de tino envió a Almagro al Cuzco que estaba bajo control de sus jóvenes hermanos veinteañeros Juan y Gonzalo Pizarro, ésto avivó las ambiciones de Almagro, pues Cuzco era la capital emblemática del Tahuantinsuyo.

Los españoles pronto se dieron cuenta que los indios eran demasiados, de modo que los métodos de conquista no pasaban por el exterminio, sino por el mestizaje y la simulación polítca. Esto significaba por ahora, preservar suficientes rasgos del mundo anterior y aparentar así, la convivencia en armonía de las dos civilizaciones. Por eso se mantenía en el Cuzco, bajo el dominio efectivo de Juan y Gonzalo Pizarro, a un inca simbólico con su casta gobernante, Manco II, y también así retribuían su respaldo decisivo en los días de la toma del Cuzco contra las huestes de Atahualpa. Las formas atenuaban los rencores de la subordinación.

Manco II captó rápidamente las tensiones entre Almagro y Pizarro, de modo que creyendo encontrar en el primero un buen seguro contra las majaderías de los segundos, hizo amistad con Almagro. Los hermanos Pizarro respondieron con nueva provocaciones y Manco II una noche buscó refugio con Almagro. Ante esta situación Pizarro vino a Cuzco a mediados de 1535 para poner orden y convenció a Almagro para que saliese a explorar sus nuevos dominios del sur, Manco II le cedió varos miles de indios, incluido el sumo sacerdote y temible general Villac Umu. Pizarro marchó hacia la costa para fundar una nueva ciudad al norte de Lima y dejó nuevamente a sus hermanos a cargo. Éstos siguieron acosando a Manco II, obligándole a que le entregara 215,000 marcos de oro y 150,000 marcos de plata además de una de sus mujeres, Inquill Túpac Yupanqui.

Hernando Pizarro regresó a Lima desde España con buenas noticias para Francisco: el rey había extendido su gobernación en 70 leguas. Pizarro envió a su hermano mayor Hernando al Cuzco alarmado por los informes que le llegaban. Pero aunque Hernando era más prudente que sus hermanos menores, era súmamente ambiciosó y le pidió Manco II, nuevas entregas de oro y plata en las momias de los antepasados incas.

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