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Pensar bien, sentirse bien de Walter Riso (P2)

Pensar bien, sentirse bien de Walter Riso (P2) MALOS PENSAMIENTOS

Los pensamientos son las conclusiones a las que llegas después de analizar y procesar los datos. Si estas deducciones son inexactas, distorsionadas o equivocadas, es probable que tu salud mental se afecte negativamente. La clave está en disminuir los pensamientos negativos o cambiarlos por otros más constructivos.

Una variación del pesimismo es la "anticipación catastrófica",que consiste en adelantarse negativamente al futuro y esperar siempre lo peor. Aunque el pesimismo se asocia más a la depresión y la anticipación catastrófica a la ansiedad, ambos muestran el mismo estilo subyacente: Concentrarse más en lo malo, que en lo bueno. Pesimismo y estrés suelen ir de la mano.

Recuerda que la profecía autorrealizada siempre está vigente. Si eres pesimista, las cosas no te saldrán bien porque tú mismo te encargarás de que sea así ¿Cuántas veces el pesimismo te ha impedido disfrutar con tranquilidad de un evento agradable? ¿Cuántas veces tus anticipaciones te han precipitado a una angustia innecesaria y sin fundamento? La próxima vez que encares alguna actividad placentera no lleves el salvavidas puesto ni el plan B activado. Los pesimistas no se ríen porque piensan que la alegría anticipada puede ser una forma de llamar a la desgracia.

PENSAMIENTO DICOTÒMICO O DE EXTREMOS

La tendencia a utilizar un pensamiento del "todo o nada" genera muchos problemas. Ver el mundo en blanco y negro nos aleja de la moderación y de la paz interior porque la vida, por donde se mire, el mundo está compuesto de matices. El pensamiento dicotómico promueve un estilo cognitivo orientado a la critica destructiva y al perfeccionismo salvaje. Si sólo existe lo "bueno" o lo "malo" entonces no tengo otra opción: soy bueno o soy malo. La consecuencia de tal planteamiento es que la compasión o el perdón dejarían de existir, ya que no habría justificaciones, atenuantes, disculpas o segundas oportunidades. La crueldad casi siempre va de al mano de la inflexibilidad.

Liliana era una mujer viuda, madre de tres hijos varones, la viudez había generado un sentido exacerbado de responsabilidad frente a la crianza, había establecido unos criterios educativos extremadamente estrictos y autoritarios, "mis hijos deben ser los mejores", "el mundo es difícil", "ellos deben ser capaces de ganar", "yo no soy de medias tintas" , cuando el menor de ellos un muchacho preadolescente, tímido e inseguro, comenzó a fallar en el colegio, Liliana hizo gala del típico pensamiento dicotómico "si no te va bien en el estudio nunca serás alguien", el joven comenzó a experimentar un cuadro de ansiedad, lo que terminó de agravar aun más el problema académico.

LA EXCEPCIÒN A LA REGLA

Nunca enseñamos el valor completo, es decir, con sus limitaciones naturales. Da temor explicarle a un niño que a veces la mentira es necesaria o que en ocasiones la agresión es justificada.

Se me dirá, tal como enunciaba Aristóteles, que el valor es un punto medio entre el exceso y el defecto, y así es, pero el justo medio nunca es estático, no está predeterminado,: necesitamos la reflexión, lo condicional, la ética más que la moral.

La pedagogía del pusilámine "para que los jóvenes no piensen mal, mejor les quitamos toda posibilidad de pensar por ellos mismos, mejor los encerramos en el pensamiento dicotómico".

Pero hay otra opción, flexibilizar la norma a medida que el niño crece. Contar las cosas poco a poco, a su debido tiempo, pero contarlas. Ir en busca de la cordura, lejos de la dogma.

PERSONALIZACIÒN

a. Punto totalmente externo (fatalismo): "Nada depende de mí"
b. Punto totalmente interno (personalización): "Todo depende de mí"
c. Punto de control interno racional: "Muchas cosas dependen de mí"

De las tres opciones, el punto (c) es el más saludable, ya que se encuentra cerca del punto de control interno pero no en el extremo: "las cosas dependen de mí, pero no todas ni de manera definitiva".

Asumir la culpa por todo es una manera de autocastigarse. así cuando empieces a hacerte cargo de todo lo malo, busca también las causas externas. Descéntrate y orienta la atención hacia otros factores ajenos a tí, que con seguridad intervienen. No te laves las manos, pero tampoco excluyas al mundo, Si el pensamiento personalista se vuelve costumbre, la depresión se instalará en tu vida.

PENSAMIENTO REPETITIVO O RUMIADOR

Rumiar hace referencia a la costumbre alimenticia de los animales herbívoros de masticar por segunda vez el alimento, devolviéndolo de la cavidad del estómago donde estuvo almacenado. Por analogía decimos de aquella persona que piensa de manera reiterada y obsesiva la misma cuestión.

Aléjate de vez en cuando de los temas que te preocupan, cambia de dial y deja que la mente se reorganice y adquiera una nueva perspectiva. El proceso creativo necesita de un periodo de descanso conocido como "incubación".

¿LA PARTE O EL CONJUNTO? DOS ESTILOS DE PENSAMIENTO INCONCLUSO

a. cuando se tiene en cuenta sólo una parte del todo y se sacrifica el conjunto (racionalistas/detallistas)
Se quedan en los detalles y elimina la percepción del conjunto llegando a resultados parciales y fragmentados. Sobregeneralizan, al llegar a conclusiones generales a partir de incidentes aislados.

Pensamiento Racional: Excluyen la subjetividad y la emoción. Suelen ser personas muy lógicas. La emoción le da orientación y motivación al comportamiento, imprime energía y nos ayuda a comunicarnos.

b. Cuando se considera solamente el conjunto y se descarta la parte (emocionales/holísticos)
Sacrifican los detalles por la totalidad, le creen más a las emociones que a la lógica. Creen ciegamente en la intuición.

Pensamiento emocional: Consideran a sus sentimientos y/o emociones como una evidencia de la realidad."Me siento culpable, entonces debo haber hecho algo malo".

Obviamente, cualquiera de estos modos llevará a conclusiones incompletas y erróneas que afectarán el comportamiento.

Los racionales/detallistas llevados al extremo configuran un cuadro clínico conocido como TOC (trastorno obsesivo compulsivo) y los emocionales/holísticos pueden desarrollar una alteración psicológica reconocida como trastorno de la personalidad histriónica.

El balance entre razón y emoción lo puedes lograr haciendo la siguiente simulación. Cada vez que tengas que tomar una decisión lleva el calibrador mental al extremo racional y quédate allí un rato analizando "fríamente" la cuestión. Luego deslízate hacia el polo opuesto de la emoción y concéntrate en "sentir". Realiza este juego (punto y contrapunto) varias veces. Expón las razones lógicas (que te dicta la mente) y las razones emocionales (que te dicta el corazón). Hazlas explicitas y en lo posible intenta integrarlas. Mi experiencia es que las razones lógicas pesan más que las emocionales y nos llevan a cometer menos errores, pero si se combinan con las del afecto puedes matizar tu decisión y hacerla más humana y acorde con tus necesidades. Lo importante es que estés atento a los componentes del conjunto como al conjunto mismo.

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